Me he cansado de hacer las cosas por los
demás, para los demás. De dejarme de lado a mí misma a la vez que también lo
hacen los demás. Es mi vida, mis errores, son mis lecciones.
Me han fallado, me han mentido, me he
sentido sola. Me ha dejado de hablar gente que pensé que estaría siempre ahí y
que me habían prometido estar en las buenas y en las malas. No he dejado de
decepcionar tanto como me han decepcionado a mí. He tenido que aguantarme mil
veces las ganas de llorar delante de los demás por no aparentar que quiero dar pena, por evitar preguntas por compromiso. Muchas noches sin dormir apenas. Y durante mucho tiempo, la música fue mi único punto de apoyo, porque ya no quedaba nadie conmigo. Dime si tú no cambiarías
después de eso.
Y es que lo que no te mata, te hace más hijo de puta.
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