domingo, 25 de septiembre de 2011

Nunca dejaría de columpiarme...

- ¿Qué te pasa?
- No sé cómo decírtelo...
- Intenta explicarlo. ¿O tampoco sabes, como de costumbre?
- Es difícil, pero a ver... Siéntate en el columpio, hazme caso, solo así lo entenderás...
- Ya estoy en el columpio, ¿Ahora qué?
- Comienza a columpiarte, una vez cogido impulso... cierra los ojos... ¿Notas esas cosquillas en el estómago? A mí no me hace falta columpiarme para sentirlas, las tengo cada vez que te veo, cada vez que me hablas, cada vez que oigo tu nombre...
- ¿De verdad? No sé qué decir...
- No pero aún no acaba... ¡No abras los ojos, sigue cogiendo impulso! Ahora... suelta una mano...
- ¡¿Qué?! ¿Tú quieres matarme?
- Hazme caso, confía en mí... Suelta una mano... ¿Has visto que sensación? Parece que te vas a caer, se te corta el aire y se te acelera el corazón. Eso me pasa cada vez que te separas de mí, cada vez que te noto distante...
- Pero...
- No digas nada, no abras los ojos, déjame impulsarte, y solo abre los ojos cada vez que estés arriba, y mira al cielo ¿vale?
- ¿Y esto? ¿Cuál es eta sensación?
- Sólo contigo siento que toco el cielo.
- ¿Tanto me quieres?
- Nunca dejaría de columpiarme...

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